Cualquiera que viva en una ciudad sabe que el acto de mirar hacia arriba en la noche en busca de estrellas deriva en una casi inevitable decepción. O no están o sólo se divisan las que más brillan.
Lo que pocos saben es que en realidad las personas cuentan con un Derecho a los Cielos Oscuros.
Recordárselos fue una de las tareas de los cerebros de la astronomía mundial que se reunieron la semana pasada en Ciudad de México, una urbe de 22 millones de personas y un puñado de estrellas visibles, para hacer hincapié en la relevancia de la preservación de los cielos oscuros.
La cuestión va más allá de lo astronómico y científico, pues las implicancias de que la contaminación lumínica nos robe las estrellas son también sociales, culturales y ambientales.
En POMONA Residencial, conscientes de las implicaciones, hemos diseñado nuestro proyecto con iluminación dirigida al suelo, no al cielo.
- La contaminación lumínica te impide ver las estrellas.
- Un cielo sin estrellas es como un mundo sin flores.
- Una iluminación sustentable ahorra electricidad.
- Mejora tu salud al no perturbar tu sueño.
- Y proteges a los animales y plantas nativos.

